Un libro escrito por Juan Andrés Medina Landa

"Cuando se nos hace imposible conseguir algo, ocurren cosas que cambian el rumbo de la situación..."

miércoles, 22 de agosto de 2012

Capítulo 5: En busca de la señora de las múltiples dimensiones


La  residencia  Renata  estaba  en  silencio.  Para  ese  momento  había transcurrido cuatro horas después del asesinato. ¿Quién fue? Ese no era el problema,  exactamente   de   Finch.  En  realidad,  él  quería  recuperar  ese pergamino que tanto peligro significaba para todos. Además, tomaría medidas drásticas tanto con los Tolls como con los Nox. El que se apareciera ante su camino, sería atacado y torturado hasta decir la verdad de todo ese asunto.

Malon tomó el cuerpo de Malin por la mano, comenzó a decir unas cuantas palabras que daban la sensación de un ritual. Enseguida, su mano recibió una luz azul claro. Era el alma de Malin. Malon la depositó en un envase y se lo entregó a Finch.

Aquí tienes amigo. Es lo mínimo que puedo hacer por ti.

Durante aquella noche, Emil había vuelto a experimentar el sueño que lo molestaba de vez en cuando. Desde la última vez, no había vuelto a tener aquella aparición:

¿Dónde estoy? ¿Quién soy?

Eres Emil, estás en este lugar por un único motivo. 

¿Emil? ¿Así me llamo? Qué motivo podría ser ese… Estoy muy asustado. Todo está oscuro y…

El motivo debes descubrirlo por ti mismo. Además, todo llegará en su debido momento. Lo único que nos queda es esperar

¿Esperar qué? Ya no quiero estar aquí.

No te puedo decir más nada Emil. Lo único es que debes recordar esto: “Solo el reflejo de luz indica el camino hacia…”

¿Hacia dónde? – Pedía el niño desesperado.

Emil despertó. Esta vez no se encontraba en su habitación. Estaba en otro lugar. Lo  primero que pudo ver fue un techo ramificado. La altura era considerable. Al parecer era como si estuviese metido dentro de un árbol. Aun estando acostado, miró hacia su derecha y lo que consiguió fue una escalera que daba hacía un piso superior. Lo último que recordaba, había sido su encuentro con Cheryl. A continuación, comenzó a escuchar unos pasos que venían en descenso por las escaleras:

Por lo que veo te has despertado ¿eh?  – eran las palabras de
Cheryl.

¿dónde me encuentro?

Estás en la guarida de los Tolls, es decir, de nosotros. Como debes imaginarte pronto serás uno más del grupo. Te cederemos la marca, te entrenaremos y comenzaremos con la misión suicida.

La marca…

¿Qué ocurre Emil? ¿has oído hablar de ella?

En ocasiones suelo tener un sueño específico. Me encuentro en un lugar  oscuro,  una voz me llama y me dice cosas. Luego mi brazo comienza a doler y aparece en él una marca. Luego me despierto y no logro recordar más nada.

Como lo imaginaba. Tienes un don, de eso no hay duda. Alístate, Vincent nos espera en el segundo piso.

Ambos  se  prepararon  para  subir  las  escaleras.  Primero  iba  Cheryl,  experta subiendo los escalones deformes de aquel lugar; en segundo lugar, iba el joven, asustado aun, intentando subir esos escalones sin dificultad.

Cuando llegaron a la sala, estaba Vincent. Un hombre moreno sin pelo en la cabeza. Su voz daba mucho que decir y hasta mucho que temer. Era aguda y muy
ronca.

Así que tú eres el chico.

Eso creo… - dijo Emil.

Bueno  Emil,  debes  saber que  estás  aquí por  un  objetivo:  mantener el equilibrio en este mundo. ¿Que cómo lo conseguirás? Bueno, con la ayuda de todos nosotros lo conseguirás, lo conseguiremos. Tú eres el cuarto que se  nos  une.  Al  menos  en  esta  generación.  Suelo  recordar  que  desde pequeño, cuando los antiguos reinaban y  controlaban todo, ellos eran un gran ejército de dos bandos. Cada uno con grandes habilidades. Pero eso, creo, Cheryl ya te lo debió haber contado. Ahora tenemos algo mucho más importante que hacer. Debes entrenar. Esa es la única manera en la que podrás explorar el mundo de tus dones. Nosotros tres te ayudaremos en eso.

¿Ustedes tres? Aquí solo son ustedes dos y yo. ¿Quién más podría ser?

En eso, Emil sintió un empujón por la espalda. Dio media vuelta pero no pudo ver a nadie. Tras un leve movimiento de su cabeza –pum- volvió a recibir otro golpe más. Asustado  por no poder ver a la persona que lo  golpeaba, pidió desesperadamente que se detuviera.

Una sombra detrás de Emil comenzó a tomar forma de humano.

Hola, mi nombre es Marty.

El joven se volteó.

Vaya… - fue todo lo que dijo Emil.

Soy Marty y mi habilidad especial es la de invisibilidad, además de poder controlar el agua. Yo seré uno de tus entrenadores. Junto con Cheryl por supuesto.

Me alegra que se hayan conocido – dijo Vincent con una sonrisa.

¿De qué te ríes Vincent? Que de chistoso puede tener el que estemos en una situación de extremo cuidado…. – dijo Cheryl cortando el momento de risa.

Tranquila Cheryl – exclamó Vincent – en momentos como este, de vez en cuando  cae  bien  una  sonrisa.  

Muy  bien,  como  sea,  es  hora  de  que comencemos con tu  entrenamiento. Ya has podido dormir lo suficiente. Vayamos de una vez a la zona de combate.

Los cuatro caminaron por las escaleras hasta llegar al primer piso. Allí, además de la  mesa  donde  se  solían  reunir  o  comer,  estaba  una  puerta  con  una  luz ultravioleta. Vincent se  dirigió hacia ella y colocó su marca hasta que la misma quedara iluminada. Acceso afirmado, dijo una voz que salía del aparato con la luz ultravioleta. La puerta, a continuación, se abrió.

Al encender las luces se vio descubierto un gran campo de batalla de arena. Su forma era cuadrada y ocupaba prácticamente todo ese lugar, el cual ya de por si era enorme. El techo era  igual al de la habitación donde despertó  Emil: algo rocoso y con raíces que surgían del mismo.

Para  ese  momento,  el  campo  de  batalla  estaba  rodeado  por  un  esfera transparente, cuyo material parecía ser de cristal, pero mucho más resistente, con la finalidad de resistir los ataques.

Vincent  se  sentó  en  una  especie  de  sub  habitación,  en  la  cual  estaban  los controles para comenzar a activar la zona.

Esfera de protección desactivada.

Luego de apretar el botón rojo el campo protector desapareció entre el suelo. Emil no podía creer lo que estaba ante sus ojos. Las expectativas tan bajas que tenía para ese momento, comenzaban a adquirir un lado positivo.

Muy bien Marty, tú serás el primero que ilustre al muchacho. Por favor,
ingresa en la arena – dijo Vincent a su compañero.

Como diga jefe – dijo Marty – ven muchacho acompáñame.

Tanto Emil como el hombre invisible ingresaron a la zona de pelea. Vincent volvió a presionar el botón para activar la esfera de protección.

Muy bien, ¡comiencen! – Gritó Vincent.

Marty comenzó a correr hacia Emil con el puño cerrado, tal cual como si le fuese a golpear. Segundos antes de embestir al muchacho, el hombre invisible activó su habilidad especial, aquella que había conocido Emil minutos antes.

Emil ya no podía ver la forma humana de Marty. Tan solo se conformaba con algunas huellas que se notaban en la arena. Enseguida, comenzaron a salir de la nada los golpes. Emil hacia lo  posible por esquivarlos, pero le era imposible. Nunca antes había peleado, mucho menos con alguien que no podía ver.

De pronto escuchó la voz del invisible:

Muy bien Emil, comenzaré ahora con mi segunda habilidad.

En una parte de la arena comenzó a surgir algo de agua. El joven aprendiz no se había asustado aun, claro que no tardó mucho tiempo así. El pequeño chorrito de agua que salía de la arena se convirtió en un gran chorro que llegaba hasta el techo de la esfera protectora. Segundos después surgieron del suelo tres chorros más de ese estilo.

Marty comienza a subir de nivel – exigió Vincent.

Luego de eso, Cheryl interrumpió a Vincent.

Vincent, ¿estás seguro? No creo que ese chico resista.

Bueno  Cheryl,  al  igual  que  hice  contigo,  ese  muchacho  necesita  un entrenamiento fuerte. No nos permitiremos debilidades.

Marty hizo caso de las órdenes de su superior. A continuación, los chorros de agua  que  estaban  pegando  del  techo,  comenzaron  a  derrumbarse,  no  para detenerse, sino para inundar el campo de batalla.

Emil comenzó a ver a su alrededor y veía como el agua comenzaba a taparle los pies.

Vamos niño, ¿te quedarás allí observando? ¿No harás nada al respecto? – le susurró Marty en el oído, quien aun se encontraba no visible.

Emil comenzó a actuar. Primero inició su ataque con muchos golpes, golpes que obviamente  no  iban a  ningún  sitio,  puesto  que  no  podía  ver  a  su  oponente. Después de unos segundos, Marty comenzó a hablarle de cualquier cosa mientras se le iba acercando, de esa manera Emil  podía utilizar su oído y seguir la voz. Luego, continuaron las patadas, las cuales fracasaron al igual que los golpes con las manos.

Bueno amigo, es hora de que nos hundamos un ratico.

El agua comenzó a subir de nivel de una forma descontrolada. Si acaso le daba chance a Emil de que este pudiese pensar en qué hacer. A los tres minutos después, prácticamente toda la esfera se encontraba bajo agua. Solo la superficie tenía aire aun, pues era allí donde Emil se encontraba agotado, con el cuerpo bajo el agua y la cabeza elevada, tratando de agarrar los últimos pedazos de aire que podía. Cuando la superficie estuvo completamente colapsada por el agua y Emil sumergido en ella, Marty paró el agua, se volvió visible y  comenzó a subir al aprendiz mientras el agua le abría paso al aire.

Maldición – dijo Vincent – no pudo asestar ni un solo golpe. Deberíamos ponerlo a prueba con tus habilidades Cheryl. No quiero llegar a
conclusiones exactas todavía.

¿qué Podría  estar pasando?  ¿por  qué  no  se  le activa  su habilidad?  – preguntó Cheryl desconcertada.

No lo sé. Tal vez requiere de más nivel en el campo de batalla. Tal vez necesite más peligro en la agresión. Es por eso que te quiero allí con El.

Cheryl se dirigió hacia la arena mientras Emil, en su intento de levantarse, tocía por el leve ahogamiento que había experimentada contra Marty.

Marty creo que has fracasado, solo le has causado malestares a este chico.

Cállate Cheryl, veamos que puedes hacer tú.

Emil se puso de pie y se preparó para los ataques de Cheryl. Dentro de los recuerdos del muchacho, yacía aquella oportunidad cuando pudo ver como ella se convertía en ciertos animales. Era obvio que esta vez se enfrentaría a cualquier criatura, menos un humano.

Cheryl, mediante un suspiro, pronunció el hechizo: animalidad.

Empezó a  convertirse en lo que era un mono. Luego, se abalanzó contra el joven, colgándose en la espalda de este.

La lucha había comenzado. Emil por un lado, inició todo revolcándose por la arena, con la finalidad de aplastar al primate. El primate, por su lado, le daba con los dedos, afilados por las uñas, en la cara, la cabeza y el cuello. Emil no contaba con la poderosa energía que el mono  tenía en su cola, por lo que el animal prosiguió a utilizarla. En pocos segundos el cuello de Emil estaba rodeado por la cola del mono.

El animal comenzó a presionar poco a poco, haciendo que Emil perdiera cada vez más la respiración. Un poco después lo soltó, metió varios brincos hacia atrás y abandonó la forma de primate. Esta vez era un perro muy grande, de color negro y con grandes dientes.

Vamos Emil – le decía Vincent desde la cabina de control – defiéndete con más estrategias de combate.

El perro negro corrió hacia donde estaba Emil, solo que en esta oportunidad, el muchacho calculó bien y logró pegarle en la cara con una patada. El perro hizo un sonido como de lloriqueo por la patada, pero esto no lo detuvo, al contrario, hizo que aumentara mucho más su furia. Segundos después, el brazo de Emil estaba entre los dientes afilados del perro. El niño le pegaba con la otra mano, la cual la tenía libre, pero no funcionaba de nada. El perro, aunque  recibía los golpes no soltaba por nada del mundo el brazo de Emil. Por otro lado, la sangre comenzó a pintar de un color oscuro la arena, era evidente que el daño se estaba pasando de nivel.

Cheryl, dentro del cuerpo de aquel feroz animal, lo soltó. Luego, corrió por todo el lugar aullando, hasta retornar nuevamente a su cuerpo humano. Ahora era Cheryl en persona.

Emil se encontraba derrotado en la arena. Sus ojos querían derramar lágrimas de dolor, pero el mismo cuerpo se lo impedía. Por la profundidad de los dientes, su brazo izquierdo no podía  moverlo, si acaso levantarlo unos 45 grados, pero no más.

Vincent se levantó de su puesto y caminó hasta donde estaba Emil. Se le paró en frente, observó el daño de su brazo y luego prosiguió a actuar.

Bien Emil. Estuvo suficiente por el día de hoy – Vincent lo cargó entre sus
brazos.

Por lo que veo Vincent – dijo Marty – no pudimos conseguir nada de este muchacho.

Tal vez si. Tal vez no – dijo Vincent.

Una vez estando en la habitación, el jefe de los Tolls les contó acerca de una persona que solía ser parte de los Tolls. Esa persona era una mujer, su nombre era Farrah. Era conocida por todos como la señora de las múltiples dimensiones. No solo manipulaba muchas de ellas, sino que también era experta en asignarles dones a las personas. Muchas veces impuestos por ella; en otras, los dones de las personas salían a la luz.

¿dónde podemos conseguirla? – preguntó Cheryl.

Su lugar.  Su  hogar.  El  espacio  donde  ella  vive  es  una  zona  no  muy conocida por  las personas, incluso no es muy conocida por los Nox ni tampoco  por  los  Tolls.  Cuando  ella  partió  de  nuestro  bando,  firmó  un acuerdo con el señor Finch, el jefe de La Congregación. En el acuerdo se establecía que como ella poseía la capacidad de manejar las dimensiones, debía refugiarse en un lugar escondido y desconocido por la mayoría. Solo Finch conocía  el lugar. Solo Él estaba al tanto de aquel territorio, puesto que era Finch quien se lo había asignado. Lo único que se sabe es que vive en una isla, ubicada al norte de Harley. Por donde comienza el gran mar. La isla no es el problema, sino el camino que conduce hasta donde está ella, Farrah. He escuchado que la respuesta se encuentra en un  cuadro que tiene Finch. Tal vez en su casa.

Pues entonces debemos ir para allá – dijo Marty.

Claro que si – le respondió el narrador de la historia sobre Farrah.

Yo me encargaré de esto – exclamó Cheryl, observando a su compañero – Marty y yo  iremos hasta la casa de Finch. Buscaremos ese cuadro y lo traeremos hasta acá.

Vincent interrumpió:

No. Lo más correcto es que vayan los tres. En cuanto al transporte, yo me encargaré de eso. Es importante que apenas tengan el cuadro con ustedes, se dirijan  hacia la isla. Allí deberán descifrar la pintura presente en el cuadro. Partirán mañana  en la mañana. Por el momento, es mejor que descansen.

El final de ese día transcurrió como todos los demás, de una forma tranquila aunque preocupados por la situación. Al momento de la cena, los cuatro miembros de los Tolls se reunieron en la mesa. A pesar de que eran personas con dones especiales, comían los mismos alimentos que Emil solía digerir con sus familiares adoptivos.

Poco después, cada uno estaba en sus habitaciones. Recostados haciendo un reencuentro de todo lo que ocurrió en el día. Tanto Vincent, como Cheryl y Marty, se  preguntaban  a sí mismos por qué los entrenamientos no habían resultado después de todo. Por otro lado, Emil estaba en su cama tratando de conciliar el sueño. Intentando por un  momento pensar en su familia, cómo se encontraban, qué estarían haciendo. ¿Se acordarían de él? ¿Lo estarían buscando por medio de las autoridades? Tal vez hasta pensarían que había muerto. Pensarían, tal vez, que una loca mujer lo había secuestrado. Al final pudo conciliar el sueño.

Al día siguiente todos tenían las energías repuestas, a no ser por el brazo de Emil que para ese  momento estaba vendado. Como dos horas después, pasado el desayuno y los últimos  preparativos, estaban los cuatro a la salida del refugio. Emil pudo ver, por primera vez, el gran árbol dentro del cual se escondían.

Como les había dicho, yo me iba a encargar del transporte y así lo he hecho – dijo Vincent dando un paso hacia el frente.

Elevó ambas manos hasta la altura de sus hombros y comenzó a crear una luz muy brillante  que se elevaba en el aire. La luz era tan potente que los ojos inexpertos de Emil se tuvieron que cerrar. Para el momento en el que los abrió, tenía frente a él a dos criaturas  parecidas a un águila, pero cuyo tamaño era parecido al de un automóvil.

Estas criaturas se llaman Calatas Emil. Ellas se encargarán de llevarlos hasta la casa de Finch. No solo con eso, les he asignado la orden de que después que  tengan el cuadro, ellas mismas los llevaran hasta donde se encuentra la isla. Recuerden que deben ser precavidos. Mucho éxito.

Los tres: Marty, Cheryl y Emil se subieron, cada uno, en las Calatas, las cuales después de un fuerte aleteo comenzaron a volar.

**

Las Calatas comenzaron a visualizar la prestigiosa residencia donde solía vivir Finch y su familia, ahora asesinada. Los animales alados comenzaron a rodear la zona  desde  una  altura   considerable.  No  podían  permitirse  que  las  demás personas las vieran, por que volaban  sobre las nubes. Desde un avión, el cual sobrevolara sobre las mismas, no se podría ver lo que  hubiese abajo debido al color blanco que genera la densidad de las nubes, pero en el caso de las Calatas no era así. Ellas poseían una vista descomunal, podían visualizar objetivos a grandes distancias, por lo que  las nubes no  eran  obstáculo alguno para sus
magníficos ojos.

Marty, ¿puedes utilizar tu invisibilidad para convertirnos a todos en ese estado? – le decía Cheryl, quien volaba al lado de él. Sí. Te he dicho mil veces que no subestimes mis habilidades.

Luego de unos cuantos esfuerzos las aves, y los Tolls quedaron invisibles, ahora nadie los  podía  ver. Decidieron aterrizar en un terreno que estaba cerca de la residencia.  Era  el  lugar  perfecto  para  que  las  Calatas  pudiesen  descansar  y esperar por ellos.

Marty dio media vuelta y le dijo a Emil que esperara allí con las Calatas.

¿Por qué no puedo ir con ustedes?

No tienes habilidades necesarias, pequeño principiante. Debes quedarte aquí. Nosotros vendremos hasta este lugar otra vez – le dijo Cheryl.

Los dos individuos llegaron al lugar. Una vez adentro de la residencia comenzaron a buscar la casa correcta. En verdad no era muy difícil dar con ella; de todas las

que estaban por la zona, la de Finch era la única que era de color negro, mientras que las demás eran blancas.

Muy bien Marty, ¿cómo ingresaremos al lugar?

No te preocupes por eso. Tú eres la animal ¿no es así? – dijo Marty después de una carcajada.

Cierto…

Animalidad. Cheryl se había convertido en una culebra. Así, ingreso por la parte de debajo de la puerta hasta llegar a la manilla, la cual giró con la cola hasta que la puerta se abriera.

Bien hecho asquerosa serpiente…

Ingresaron a la casa, pero esta estaba completamente sola. Tanto para Marty como para  Cheryl era ajeno lo que había ocurrido el día anterior en ese lugar. También era desconocido  para ellos que los centinelas estaban por esos lados. Quizás observándolos, quizás a punto de atacarlos.

Vamos Cheryl, esto no me gusta nada. No es porque me sienta como un delincuente o algo por el estilo, se que es algo bueno, pero… no lo sé. Siento que no deberíamos estar aquí.
Tranquilo gallina. Todo saldrá bien.

Ambos  caminaron  de  manera  sigilosa  hasta  llegar  a  la  oficina  de  Finch. Justamente encima de la silla del escritorio, pegado de la pared estaba el cuadro que  buscaban. El  cuadro  era  de  lo  más  sencillo.  Ilustrado  con  un  cielo  azul acompañado del sol, agua azul de mar por todos lados y, en el centro de todo, una isla sin nada. No se veía señales de una casa, una persona o algo construido por el hombre. Solamente la isla. Repleta de mucha vegetación y arena de mar. Lo

que más llamaba la atención de esa isla era una montaña gigante de piedra justo en el medio de aquella tierra flotante, inmóvil.

Cheryl se dispuso a bajar el cuadro de la pared. Mientras que Marty le pedía que se fuesen de ese lugar y que tuviese mucho cuidado con el cuadro. Lo que ellos no sabían es que los  centinelas ya se habían percatado de que unos intrusos estaban adentro de la casa y que iban directo hacia ella.

Los centinelas eran un grupo de personas de La Congregación, pertenecientes específicamente  a los miembros de grado medio. Ellos solían organizarse en grupos de 5 personas, por lo que Cheryl y Marty estaban como que en desventaja. Por el hecho de ser centinelas tenían buenas habilidades en cuanto a combate. Desde hace mucho que servían como guardias de seguridad de La Congregación. Para su mala suerte, la única persona que había conseguido violar la seguridad de aquel majestuoso edificio había sido Volker y Amy, cuyo nombre los centinelas ignoraban a excepción de Amy, a la que buscaban de forma agotable.

El primero en ver que estas personas estaban dirigiéndose a la casa fue Emil, quien se encontraba en aquel césped con las Calatas invisibles. Emil pudo verlos muy bien. Todos iban vestido de negro con una insignia en la parte de la espalda. La  insignia  o  el  sello,  era  un  estilo  de  “C”,  cuyo  extremo  inferior  terminaba haciendo  la  forma  de  una  flecha  señalando  hacia  la  derecha.  Ellos  no  iban caminando, tampoco iban montados en animales voladores como los  Tolls. Los centinelas tenían la habilidad de volar, sin contar las muchas otras que estaban a punto de mostrar. Emil no pudo hacer nada, sabía que si se metía en todo ese conflicto que venía, solo encontraría la muerte, por lo que decidió esperar a que pasara lo mejor.

Cuando Cheryl y Marty se disponían a salir de la sala de estudio, los centinelas ya estaban en la puerta del mismo esperándolos.

¿qué se supone que hacen con ese cuadro? Eso es propiedad del señor Finch.

Lo necesitamos – dijo Marty – y ustedes no nos van a detener en esto.

Aquí acaba de ocurrir un asesinato señores. Aproximadamente 24 horas. Por órdenes del señor Finch no podemos dejar que ustedes, entrometidos,
salgan de este lugar con vida.

Pues bien… ¡Cheryl da un paso atrás!

A continuación, y de manera muy rápida, Marty hizo surgir de su mano derecha una bola de agua.

Muy  bien  caballeros, ustedes  lo pidieron. No  nos dejan  salir por las buenas, pues saldremos por las malas. ¡agueducto!

Un chorro de agua salió de la mano de Marty, lo que obligó a dos centinelas a saltar hacia los lados y a otros tres a pegarse contra la pared, producto del chorro. Uno de los centinelas, que era mujer, comenzó a controlar con la mente una de las espadas de exhibición que tenía el señor Finch en su despacho. La espada, la cual era muy afilada, comenzó a atacar, por órdenes de la centinela a Marty, quien no podía hacer nada más que esquivarla.

Por otro lado, uno de los centinelas que había sido víctima del ataque acuático de Marty,  se  dispuso  atacarlo  por  la  espalda,  pero  de  pronto  surgió  una  cobra inmensa de la parte  detrás  del escritorio. La cobra se lanzó sobre el hombre y comenzó  a  clavarle  los  colmillos   en   la  cabeza,  mientras  que  lo  sujetaba fuertemente con su largo cuerpo.

Mientras Cheryl le clavaba sus colmillos de cobra en la cabeza al hombre, otro guardia más aprovechó la situación y fue atacar, esta vez a la espalda de Marty, quien al percatarse de eso y de que aun estaba esquivando los ataques del arma blanca, decidió utilizar otra vez su invisibilidad. Con esto, la mujer que controlaba la espada se descontroló por unos segundos, los cuales ayudaron mucho a Marty, ya que la espada terminó incrustada en el pecho del centinela que estaba detrás
de él.

¡Uno menos Cheryl!

Cheryl, quien estaba bajo la forma de la cobra, terminó por introducirle todo su veneno en la cabeza del individuo, este cayó en el suelo y la cobra miró a Marty respondiéndole lo mismo que él le había dicho – uno menos Marty.

Aun quedaban tres centinelas más. Por lo que había tres habilidades que aun no eran conocidas por los dos Tolls que se encontraban allí. Finalmente, Tom decidió poner fin a la mujer de la espada. Cuando esta se decidió a darle el golpe final a Marty, este se convirtió en agua, metiéndose después por los ojos de la mujer y ahogándola por dentro. La mujer se comenzó a poner morada. Por último cayó en el suelo y de su boca comenzó a salir el agua que minutos antes había ingresado a su organismo. El líquido tomó forma y regresó al cuerpo de Marty.

Los  dos  últimos  centinelas  que  faltaban  eran,  precisamente,  los  mismos  que habían logrado esquivar el chorro acuático de Marty. Esta vez estaban dos contra dos. De pronto, los dos  guardias restantes comenzaron a reírse, mientras tanto Marty y Cheryl se encontraban a la defensiva.

Nosotros  nos  llamamos  Rick  y  Grant.  Yo,  Rick,  controlo  el  rayo.  Mi hermano, Grant, el viento. Cabe destacar que también podemos formar uno. La pregunta es: ¿podrán ustedes contra uno? ¡fusión!

Los dos cuerpos comenzaron a unirse, hasta el punto de formar un solo individuo, con  rasgos  físicos  de  ambos.  Ahora,  comenzaron  a  atacar,  su  rapidez  era impresionante. Con tan solo un movimiento, no le dieron chance a Cheryl de que reaccionara, le habían golpeado la barriga de tal manera, que la hicieron escupir sangre. Marty intentó interceder creando otra bola de agua en su mano, solo que esta vez le resultó contraproducente. El individuo, ahora sin nombre, le arrojó un rayo a Marty, lo que hizo que este colapsara bajo el poder de la electricidad, más
aun que poseía agua en su mano.

¡Animalidad!

Cheryl se levantó en forma de león. El individuo comenzó a arrojarle rayos de electricidad, pero el animal lo esquivaba de una manera sorprendente. El mismo se dispuso a saltar con sus grandes garras sobre la cara del hombre, pero este creó desde su cuerpo una fuerte ráfaga de viento que tumbó al león enseguida. No le dio tiempo de ponerse en pie, ipso facto un nuevo ataque de electricidad estaba penetrando la pata derecha del león.

Marty, que ya se había recuperado del ataque anterior, se dispuso a tacar esta vez sin su  habilidad  de agua pero si con su invisibilidad. En esta ocasión fue más inteligente, agarró la  espada con la que querían matarlo y la sedujo bajo su habilidad, ahora ambos no se veían. El otro individuo, producto de la fusión entre Rick y Grant, no se dio por vencido, comenzó a crear una especie de brisa a su alrededor  que  contenía  rayos  de  electricidad;  un  mínimo  toque  y  el  enemigo quedaría fundido.

Ahora, Cheryl y Marty no tenían muchas opciones más que agarrar el cuadro e irse de allí lo  más rápido que pudiesen. Y así fue. Marty, al ver que no tenía oportunidad contra tal  contrincante, le pidió a Cheryl que volviera a su estado normal. Luego, la agarró a ella y al cuadro y los puso también bajo invisibilidad.
Tras un fuerte brinco contra la ventana, estaban en el jardín de la casa.

El individuo comenzó a dividirse en dos personas nuevamente. Rick y Grant se encontraban  aun  dentro  de la casa. Sus poderes no  podían  ser vistos a las afueras del recinto, por lo que subieron al techo del hogar y se elevaron hacia el cielo. Por su parte, Cheryl y Marty  corrieron lo más que pudieron hasta donde estaban Emil y las Calatas, se montaron en ellas y le pidieron que volaran lo más rápido posible. Rick y Grant ya se estaban acercando.

Comenzó  el  despegue  y  las  Calatas  obtuvieron  una  velocidad  inalcanzable, incluso si los dos centinelas se hubiesen fusionado, les habría resultado imposible alcanzar a los tres Tolls.

¿Qué fue lo que pasó allí adentro? – preguntó Fran desconcertado.

Fueron los centinelas. Son los guardias de La Congregación. Los envió el jefe de esa organización, llamado Finch. Al parecer, han asesinado a su familia.

¿Pero quién haría algo así Cheryl? – preguntó Marty.

No tengo ni la más mínima idea. Lo que sí sé es que ahora nos deben estar  buscando. Las cosas han empeorado mucho más de lo que nos habíamos imaginado. Si alguien mató a los dos miembros restantes de esa familia, tuvo que ser algún miembro de los Nox. De eso no hay duda.

Luego de un rato largo, volando entre las nubes, consiguieron ver a lo lejos una isla que se imponía a la distancia por una majestuosa montaña de piedras, tal cual como lo dibujaba el cuadro. Unos minutos más tarde, estaban aterrizando en la orilla de la playa. Ahora se preguntaban qué hacer, cómo hacerlo…

Los primeros pasos de los Tolls fue adentrarse en la selva de aquel lugar. Para ello Cheryl, con su habilidad de animalidad, se convirtió en un caballo, en el cual se montaron tanto Emil como Marty.

Creo que debemos dirigirnos hasta el centro de la isla Cheryl – le decía Marty, mientras ella corría con toda su fuerza de caballo.

Llegaron a lo que parecía la entrada de una cueva, la cual en su interior estaba sumamente oscura.

¡luz!

Una bola de luz salió de la mano de Marty al estilo de Volker, solo que esta no era roja sino  amarilla. Después de un minuto la esfera adquirió también un gran tamaño, el suficiente para que la cueva quedara iluminada.

Debemos tener cuidado ¿cierto? – Preguntó dudoso el joven Emil.

Caminaron alrededor de media hora, pero nunca conseguían el lugar correcto. La cueva estaba llena de muchos caminos, pero ninguno llevaba a ningún lugar en específico.  De  pronto,  Emil  se  detuvo  y  comenzó  a  observar  el  cuadro  con detenimiento.

¿Qué estás viendo le preguntó Marty?

Es increíble…

Claro que no, es solo una pintura sin nada más.

No, no. No es así estúpido. Si te fijas bien puedes darte cuenta de que el marco está roto en un lado, pero no solo es eso, pareciera también que el marco del cuadro esconde algún texto, al menos desde aquí puedo ver una que otra letra. Salgamos de este lugar y veámoslo con mucha más luz.

Los tres, después de un buen rato, lograron conseguir la salida de la cueva. Una vez afuera se dispusieron a retirar aquel marco. De pronto, Emil tenía toda la razón, el marco tenía en su interior un texto: “… el hogar de una sabia. Hacia el lugar de muchos caminos más”.

¿Qué puede decir eso? – Se decía así mismo, pero en voz alta, Marty.

Quien sabe, una especie de acertijo…

Después de un rato de poder saber que quería decir esa frase, Emil retrocedió de un golpe a las noches de insomnio, a aquellas noches en las que no podía pegar el sueño por la pesadilla que siempre tenía.

Sin mucho más que decir, Emil intervino:

Claro, ahora lo entiendo todo. Puede que si sea la persona que estaban buscando. Puede que en verdad la única capaz de activar mis habilidades sea esa señora. Ahora que lo recuerdo bien, en mi sueño alguien me decía unas palabras. Era algo como… como…. Si exacto. Eran estas palabras: “Solo el reflejo de luz indica el camino hacia…” esas eran las palabras de mi sueño. Si unimos eso con lo que sale en el cuadro entonces diría…

Los tres se unieron como si fuesen un coro: “solo el reflejo de luz indica el camino hacia el hogar de una sabia. Hacia el lugar de muchos caminos más”

De repente, nada sucedió, pero decidieron entrar nuevamente a la cueva, un tanto desilusionados. Cuando entraron por segunda vez no lanzaron la bola de luz a la primera, por lo que se pudieron dar cuenta de los pequeños cambios en la cueva.  Ahora  había  rayos  de  luz  que  atravesaban  las  paredes  de  ese  lugar oscuro. Lo único que tenían que hacer  ahora era seguir el camino indicado por esos hilos de luz.

Finalmente, llegaron a un camino sin salida, pero que tenía en la pared un círculo hecho  de  luz  amarilla.  En  lo  que  se  pararon  frente  a  él,  este  comenzó  a expandirse  hasta que terminó fundiendo la roca, dando paso de esta manera a unas escaleras ocultas. Creyeron oportuno descender por las mismas.

Luego de bajar las escaleras, se encontraron frente a un túnel oscuro, cuya salida se podía  divisar  un tanto lejos de donde ellos estaban. Así que comenzaron a caminar, luego a trotar y, definitivamente por la alegría, terminaron corriendo hasta llegar al otro extremo del túnel. Para su sorpresa, en lo que llegaron a la salida lo primero que vieron fue una casa hecha de madera, con un jardín grandísimo y una cascada de descendía de una montaña detrás de la casa. Definitivamente era un lugar muy bonito, lleno de paz y de tranquilidad. El lugar perfecto para querer vivir toda la vida allí. Caminaron hasta tener de frente, a unos 300 metros, la casa.

¡Señora Farrah!

Nadie aparecía. Hasta que de pronto, un agujero negro se comenzó a formar detrás de ellos. Se voltearon inmediatamente llevando a Emil a sus espaldas, con miedo de que fuesen  nuevamente los dos centinelas. Para su comodidad, una anciana salió del agujero.

Disculpen la tardanza, estaba en una de las dimensiones, viendo que tal las cosas por esos lares. Tú debes ser Emil, ¿no es así?

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