Un libro escrito por Juan Andrés Medina Landa

"Cuando se nos hace imposible conseguir algo, ocurren cosas que cambian el rumbo de la situación..."

jueves, 9 de agosto de 2012

Capítulo 2: Traiciones


Harley, hermosa ciudad fundada alrededor de los años 1800. Reconocida por sus  grandes infraestructuras, la gente, y sobre todo, la vida nocturna. Un territorio conformado por aproximadamente cinco millones de habitantes. Publicistas, abogados, economistas, médicos, ingenieros, artísticos, toda clase de profesionales ocupan muchos cargos en las múltiples empresas establecidas en Harley.

Para los jóvenes: preescolares, colegio, universidades, todo lo necesario para formarlos dentro del complejo, pero muy interesante y surgidor proyecto de la ciudad. Por ello, el nivel de analfabetismo es muy bajo, prácticamente casi nulo.

Tiene muchísimas distracciones, desde  los más jóvenes hasta los más adultos. Parques  recreacionales,  acuarios,  museos,  cine,  discotecas,  bares, restaurantes, entre muchísimos otros que conforman el complejo.

Entre   muchas  de   las   organizaciones   o  empresas  más  reconocidas encontramos   la   empresa  cervecera  Colar  C.A,  y  los  múltiples  colegios  de profesionales que pueden  organizarse allí. A decir verdad, en Harley cualquier pequeña empresa podría convertirse en  la  mayor competencia de las demás, debido a que el porcentaje de ascendencia en la pirámide de estratificación social es muy acelerada. Hoy tienes un negocio pequeño en los suburbios de la ciudad, mañana  puede  que  tengas  una  gran  empresa  en  una  de  las  zonas  más prestigiosas de la ciudad.

Existen también en esta ciudad organizaciones ocultas o anónimas como ciertas sectas, rebeldes, anti-patrióticos, o también organizaciones al estilo de Los Sabios. Este es el caso de La Congregación.

¿Qué es La Congregación?

Es  una  organización  no  registrada  ante  las  leyes  de  Harley.  Una organización que no está formada por personas comunes y corrientes de aquella sociedad, sino por personas con talentos meramente extraordinarios. Su misión u objetivo final: mantener el equilibrio entre el bien y el mal de este mundo.

Tuvieron protagonismo en la guerra Trolls-noxiana de unos 100 años atrás, en la que las batallas entre el bien y el mal se vieron fuertemente arraigadas por la creación  de  dos  amuletos.   Estos  amuletos  traerían  la  paz  o  el  desastre, dependiendo siempre de su combinación.

Los  sabios,  miembros  de  La  Congregación,  decidieron  intervenir en  tal conflicto. Con  sus poderes y habilidades extraordinarias lograron apoderarse de los dos amuletos. Al final de la guerra, en la que ninguno de los dos bandos había resultado vencedor, Los Sabios decidieron crear un organismo capas de velar por la seguridad del mundo entero, fue así como nació La Congregación.

Esta congregación  estaba  formada  por  diez  miembros: siete  de  rango medio y tres de rango superior. Por decisión colectiva se llegó a la conclusión de que  se  debía  elegir  a   unos  representantes.  Fue  así  como  los  cargos  se distribuyeron: el cargo supremo, lo lideraba una persona neutral, capaz de resolver conflictos sin la necesidad de interferir con el apoyo hacia uno y la negación hacia el  otro;  luego  venían  los  dos  cargos  superiores,  en  donde  cada  uno  de  sus miembros, los cuales eran dos, pertenecían a un bando distinto: los Tolls y los Nox;  finalmente  estaban  los  de  cargo  medio,  bajo  el  cual  estaban  personas también con habilidades sobrenaturales, pero que su inclinación ante los conflictos era completamente independiente. Si veían que no podían interceder de manera

Pacífica, ellos lo harían por las malas: destruyendo a todos los combatientes,
independientemente del bando que fuesen. Todos ellos, en conjunto, juraron con la muerte la protección de los dos amuletos, los cuales iban a estar guardados en dos bóvedas secretas,  cuya  localización era desconocida. Alguna  violación  al pacto y esa persona sería castigada con la muerte.

Luz - una voz un tanto aguda pronunció la palabra y de su mano emergió una pequeña esfera azul. Esta esfera podía alumbrar una pequeña parte alrededor de la persona.

Volker, Volker – la misma voz sonaba esta vez un poco más baja que la ocasión anterior. ¿Dónde estas?
A unos cuantos metros de distancia, donde la esfera azul no podía alcanzar a ver, apareció una Esfera roja.

Aquella persona se fue acercando lentamente. Los pasos retumbaban poco a poco por aquella sala.

Amy, Amy, Amy, te he dicho que tarde o temprano aparecería. No tenías  por  qué  estarme  llamando  con  ese  tono  tan  femenino  y arrogante. ¿Conseguiste lo que te había encargado?

Por supuesto que sí, sabes que no soy de esas personas que olvidan las cosas o solo se rinden en el intento. Aquí lo tengo, solo para ti. Solo te advierto una sola cosa, si se llegan a enterar tu sufrirás las consecuencias.

Acto seguido, retiró de su cartera muy femenina un papel doblado al estilo de un pergamino. Este se encontraba amarrado con una cinta de color rojo.

Debes tener cuidado al pronunciar esas palabras Amy – le dijo Volker a la  mujer  sin  quitarle  la  mirada  de  encima.-  ¿Qué  oportunidad

podrías tener tú frente a mí? Sabes que ninguna – terminó esta frase
con una gracia en el rostro.

No caigamos en competencias absurdas Volker. Me prometiste que
todo saldría bien, según lo planeado, solo te lo estoy recordando.

Amy dio media vuelta y comenzó a marcharse, siempre dándole la espalda
a su cómplice. Claro que no sabía lo que ocurriría un minuto después.

Más te  vale Lisa que esas sean  tus buenas palabras. Recuerda
también que no debe existir ninguna persona, además de tú y yo, que  sepa  esta  situación.  Sabes  muy  bien  que  no  puede  quedar ningún testigo sobre esto.

Volker hizo acrecentar un poco más la diminuta esfera roja, hasta el punto que  tuviese  visibilidad  de  Amy.  Abrió  los  ojos  completamente  y  comenzó  a
recitarle palabras.

¿por qué te detienes Amy?

¿qué me estás haciendo?

El cuerpo de Amy estaba inmóvil.

No es nada Amy, tranquila, todo pasará rápidamente. No te habrás
dado cuenta. Recuerda… no deben quedar testigos ¿o si?

Basta animal. Quita esos malditos ojos sobre mí. Pedía con rabia la
pobre mujer.

Ante un pequeño giro de cabeza hacia el lado derecho, Volker siguió su ataque.  Posterior a esto, la cabeza de Amy comenzaba a girar. Ella intentaba poner resistencia pero era inútil.

¡Cortus! –Exclamó ella casi con los ojos rojos.
¿cortus Amy?  ¿Crees que ese ataque tan  insignificante  podría ocasionarme alguna herida? Soy superior a ti. Lo siento Lisa, debes morir, eres un testigo.

Tras un giro hacia la izquierda de la cabeza de Volker, el cuello de Amy se quebró. Los ojos de Volker que estaban en un color rojizo al 100%, volvieron a su normalidad. Comenzó a dar pasos alrededor del cuerpo muerto que estaba ante sus pies. Una, dos, tres vueltas alrededor de Amy. Bastó que Volker pronunciara otro hechizo más para que el cuerpo de Amy quedara en  el vacío, apartado de
toda evidencia, ya nadie sabría que pasó algo la noche anterior. - vanium.

Debo ser cuidadoso, este pergamino no debe ser visto por nadie. Por
tal motivo creo que lo ocultare en mis pensamientos “inmemoriam”- el pergamino desapareció, en su estado como desvanecido se unió con la mente, con los recuerdos, con la memoria de Silvester.

Ahora que lo tengo nada más que en mi cabeza, nadie sabrá que lo he tomado. A decir verdad, nunca llegaron a sospechar de mí. Debo llevar esta información ante mi superior, El sí que sabrá qué hacer con este mapa. “luz”

La esfera roja que iluminaba al individuo se había desvanecido, todo había quedado a oscuras como en un principio. Se podía decir que nada había ocurrido ese día. Todo estaba en su lugar. Las dos únicas piezas que no encajaban en el rompe cabeza era la desaparición de Amy, como la del pergamino de cinta roja. La versión  que  seguramente  se  creería  posible  dentro  de  los  miembros  de  la Congregación, sería que Amy había tomado el documento y  por ende, habían

desaparecido ambos. Ahora la misión de Los Sabios sería buscarla, conseguirla y
poner fin a su vida.

**

Era una mañana realmente hermosa en la ciudad de Harley, la ciudad de las oportunidades. El señor Finch se despertaba al lado de su esposa Malin. Su familia era realmente pequeña, estaba constituida por El, su esposa y un hijo de ocho años, el pequeño Piper. Vivían en una de las residencias más privilegiadas de la capital, cuyo nombre era  “Residencias Renata”. Llevaba ese nombre en honor a la fundadora de aquella urbanización  tan  bien construida: la arquitecto Shelly Renata.

Desafortunadamente, ella había perdido la vida  en un accidente automovilístico  con  tan  solo  35  años  de  edad.  Cinco  años  después  de  la inauguración de “Residencias Renata”.

El señor Finch trabajaba en el rango supremo dentro de La Congregación. A pesar de los muchísimos hechizos, trucos y habilidades especiales que conocía, no era muy amigo de su utilización. Más bien él se iba por lo ortodoxo; El creía que la aplicación de la palabra, en primera instancia, debía ser lo primordial para resolver problemas. Para el señor Finch la palabra era el poder más increíble de todos. Claro está, en casos indispensables no dejaba lugar para sus dones.

Su esposa servía como ama de casa, enviaba a su hijo al colegio y se dedicaba  enteramente a los quehaceres del hogar. Limpiar aquí, limpiar allá. A diferencia de Finch, ella no poseía el don, al momento del “toque” su marido había preferido mantenerla fuera del alcance de  toda clase de dones especiales. El argumentaba  que la quería mantener pura, con las  habilidades que cualquier humano podría tener desde el momento de su nacimiento.

¿Cariño no llevarás tu maletín?- interceptó en el camino Nancy a su
marido, quien iba de salida al trabajo.

Cierto amor, muchas gracias, por poco lo olvidaba- con una sonrisa en el rostro,  Finch le dio un beso en la mejilla a su amada y se incorporó a su vehículo.

El trayecto era considerablemente largo. Residencias Renata se encontraba en el lado opuesto de la ciudad con respecto a la Congregación. Por suerte, se había construido meses antes una nueva autopista, la cual conectaba un extremo de la ciudad con el otro, creando de  esta manera, la circulación mucho más agradable.

Al cabo de 45 minutos el señor Finch había llegado a su destino, estacionó el carro en el puesto de costumbre, el cual en verdad era su propio puesto, ya que en el piso del estacionamiento estaba claramente un cartel que decía “únicamente para el señor Finch”.

Si en el día a día Finch era una persona agradable, frágil y muy elocuente, pues al momento de ingresar a su vida laboral de ocho horas diarias, se convertía en su otro lado. Salía  a  relucir un Finch distinto, callado, mandón, con pocas
palabras más que las necesarias.


Buenas tardes señor, vengo en representación de los miembros de
cargo  medio.  Los  encargados  de  la  seguridad  del  lugar  han conseguido   una  anormalidad.  Pensamos  que  era  de  explícita importancia que usted fuese el primero en enterarse.

A continuación Finch, el señor de cargo supremo, le prestaba total atención
a su inferior.

¿Qué ha ocurrido?

Si fuese en privado, me sentiría mucho más en confianza señor.
Pues bien, tómame del hombro por favor. ¡“transfed”!

Los dos individuos desaparecieron de la sala común de la institución, de aquella sala  donde todo el mundo se cruzaba con todo el mundo, donde si te querías conseguir con la  persona  más escondidiza de  la ciudad, pues allí lo
encontrarías.

Muy  bien  querido  amigo,  estamos  ahora  en  mi  oficina  personal.
¿Cuál es la alarmante noticia?

Verá señor, robaron el pergamino de cinta roja. No sabemos cómo pudo  pasar,  las  cámaras  de  seguridad  no  lograron  identificar  a ninguna persona en su interior.

Es muy grave- dijo Finch caminando por su oficina y tocándose la cabeza con su mano derecha. –El que hayan robado ese pergamino, significa que desea el control de y desequilibrio de las dos fuerzas que rigen  este  mundo.  Además,  debió  ser  alguien  que  formase participación aquí, en esta organización.

¿Cuál es tu nombre hijo?

Travis, señor.

Muy bien Travis. Quiero que convoques a una junta de miembros de
los tres rangos: medio, superior y supremo. Debemos tomar medidas ante lo ocurrido. Solo esperemos que no sea nada grave, nada de lo que podamos lamentarnos.
Sí señor. Me retiro.

Tres horas más tarde todos los miembros estaban reunidos en la sala de
reuniones máximas. El primero en ocupar su asiento había sido Finch, luego le había seguido  el  turno de los dos rangos superiores, donde destacaba Volker y una señora. Por último, ocuparon los asientos restantes los de rango medio.

El señor supremo tomó la palabra:

Estamos aquí reunidos por una importante causa. Nosotros, como
representantes de La Congregación, debemos velar por la seguridad no solo de esta ciudad, sino del mundo entero. Conocen, además, que nuestra única misión es el equilibrio del bien y el mal, por lo que no nos podemos permitir ataques contra tal tratado, el cual además, ha sido juramentado.

En la  noche  de  ayer  una  persona  ingresó  en  las  instalaciones, llevándose consigo el pergamino rojo. Como se conoce, la utilización adecuada de tal  documento, le permite a la persona que lo sepa aplicar, la entrada hacia la bóveda secreta de uno de los amuletos. Por último, esta persona debe pagar  con su vida, puesto que ha violado bajo cualquier motivo el juramento  realizado  por nuestros antecesores. Lo primero en realizar será una lista exhaustiva de los miembros que hoy se encuentran entre nosotros. Podremos  saber así, de quien es la ausencia.

A continuación se comenzó con un procedimiento algo ritualista: cada uno de los miembros allí reunidos, comenzaron a levantar sus manos. Pocos segundos después  cada  uno  pronunció  la  palabra  “presencia” bajo  la  cual  firmaban  su asistencia con una luz que salía de su mano erguida y se depositaba en un jarrón ubicado a la mano derecha del supremo. Luego de que todos habían ejercido su derecho a la “presencia”  del jarrón, pocos minutos después, surgió un papel con nombre Lisa Straupher.

Si permite mi opinión, señor supremo, Amy Straupher es miembro
del rango medio jamás podría tener las habilidades para escabullirse de tal forma que no la vieran, algún error debió haber cometido.

La voz de uno de los superiores intervino inmediatamente:

Sin embargo señor Tomson, es extraño su ausencia en esta sala. Es
e saber para todos los que estamos aquí, que una reunión de este nivel  de   importancia  no  debe  ser  ignorada  por  nadie.  Según recuerde yo, ella  nunca  faltó a las reuniones preestablecidas en tiempos pasados. No obstante,  en esta ocasión no solo ella esta
ausente, también el pergamino.

Continuando con las palabras de la señora Peti Lincom y en apoyo a
sus argumentos, puedo decir que Amy es la principal culpable de todo esto. Obviamente, no lo podemos tomar en juego, ni tampoco dejar  que  ande  por   allí,  haciendo  quien  sabe  qué  con  ese documento de alta prioridad-  fueron las palabras de Volker.

Finalmente, El supremo se levantó de su asiento y concluyó después de
unos minutos de silencio:

Es claro que la posible culpable sea Amy, sin embargo, son tan solo
suposiciones, aunque en ciertas maneras muy veraces. Nuestros próximos movimientos a partir del día de hoy, será formar grupos de dos persona, de esta manera todos estaríamos en la búsqueda de esta mujer. En caso de conseguirla, tráiganla para acá acabaremos con su vida en estas instalaciones, mas no en cualquier otro lugar.

Un hombre que estaba sentado en la parte media de la sala, se levantó y
exclamó: ¡Fin de la reunión!

Todos  los  grupos  estaban  asignados.  Hasta  el  mismísimo  Finch  iba  a formar parte de la expedición. Cada pareja se dirigiría a determinadas zonas en búsqueda de Amy, quien en verdad se encontraba en un vacío indefinido, muerta, desconectada de cualquier señal de vida;  lamentablemente, su alianza le había salido extremadamente costosa.

Volker, quien se encontraba acompañado de un personal de rango medio, comenzó a  investigar los bosques aledaños a la gran ciudad. Era de saber que solo estaba perdiendo el tiempo, era de saber que estaba buscando la manera de deshacerse de su compañero, eliminarlo, acabar con su vida al igual que lo había hecho con Amy en aquella noche solitaria y criminal.


Volker ¿Cómo daremos con ella?

Es  claro  Vlad,  que  debemos  separarnos  por  un  momento.  Tu habilidad, si no me equivoco, es la levitación, pues encárgate tú de la visión aérea. Yo buscaré por tierra.

Ambos se separaron Chris tomó los aires, territorio conocido y muy práctico para  El.  Sin   embargo,  perdía  visibilidad  de  los  movimientos  que  su  cruel compañero estaba realizando.

Silvester estaba solo, al fin, solo para poder cuadrar su estrategia. Logró conseguir  una  mini cueva entre las raíces externas de un gran árbol. En él se ocultó para comenzar su próximo movimiento. Volker colocó sus manos en la cara y pronunciando “clonus”su cuerpo fue  cambiando de forma hasta adoptar la figura exacta de la fallecida Amy.

¡Vlad, Vlad, Vlad! ¡aquí abajo, rápido!

Vlad descendió rápidamente hasta tocar suelo, para su sorpresa tenía justo
en frente a Lisa.

Tengo la misión de llevarte de vuelta a la Congregación. No creas
que por ser mujer evitarás que te golpee.

Jajaja ¿tú? ¿A mí? No juegues- Amy tomó aire, miro hacia el cielo
con los ojos cerrados y comenzó de manera inesperada: ¡cortus!

Tras un movimiento un poco lento, Vlad recibió el ataque. Cortadas un tanto profundas comenzaron a emerger de su cara, brazo izquierdo y estómago.

No lo permitiré Amy…

Vlad comenzó a levitar volando en dirección de Amy para atacarla, cuando de pronto:

¡Movi-tier!- la tierra a su alrededor se volvió movediza. Y tras una
ligera patada contra Vlad, hizo que éste callera en ella.
¡parali-tier!- la tierra comenzó a secarse, dejando completamente atrapado a Vlad.
Pagarás con la muerte Amy. ¡lo juro!

¿Qué te hace pensar que soy Amy?

El cuerpo de la fallecida mujer comenzó a modificarse hasta su estado incial.

¿Tú? Así que el gran Volker está detrás de todo esto…
Cállate de una vez… ¡fuegus!

El cuerpo del débil hombre terminó calcinado por las llamas.

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